Los camiones, las carretillas, las cartas de porte, los almacenes… han estado siempre muy presentes en mi día a día. Mi familia tenía una empresa de transporte de paquetería y tanto mi niñez como mi adolescencia han transcurrido en torno al ámbito logístico. Este hecho me ha permitido conocer la evolución de la logística a todos los niveles, especialmente desde los años ochenta en adelante.
Fue en los años 90 cuando el
sector inició su despegue, implantando los primeros sistemas de trazabilidad, las primeras
plataformas logísticas o un amplio desarrollo en cultura de Prevención de Riesgos Laborales.
Además, comenzó la digitalización y empezaba a oírse un nuevo concepto: el cliente en el
centro. A partir de esta década, todo se ha ido desarrollando de forma veloz hasta conformar
el actual sistema logístico, que cuenta con herramientas innovadoras como el sistema EDI,
MRP, SGA, ERP, ect. y quedando patente el salto tecnológico y digital en el sector.
Desde entonces, a nivel operativo, se empezaron a utilizar sistemas de optimización de flotas, sistemas de aprovisionamiento, de gestión de stocks, de planificación de rutas, ect. que consiguieron impulsar el desarrollo de la actual cadena de suministro tal y como la conocemos hoy día. Asimismo, en el ámbito de la Prevención de Riesgos Laborales también se experimentó una evolución muy destacable estableciendo medidas preventivas en las herramientas logísticas, que en los años 80 eran casi desconocidas.
Pero todos estos cambios y
vivencias en el sector no han pasado en vano para mí, sino que han supuesto un desarrollo
profesional. Cada época ha tenido sus ventajas e inconvenientes. Recuerdo con especial
cariño mis comienzos, pues a pesar de que no disponíamos de los avances que tenemos hoy día,
conseguíamos salir adelante con los medios disponibles. Esto me ha hecho trabajar la
polivalencia, la capacidad de adaptación y la resiliencia, competencias que me han ayudado
mucho a ser capaz no solo de adaptarme a los cambios sino de adelantarme a ellos y a
interiorizarlos como algo necesario. Lo recuerdo con cierta nostalgia. He de decir que, en
todo este proceso, el trabajo en equipo juega un papel fundamental para poner en marcha
cualquier proyecto y es una de las mejores palancas de las que disponemos como profesionales
para “echar a andar” cualquier iniciativa.
Estos dos últimos años han sido retadores y han puesto de manifiesto la importancia que tiene el transporte para la sociedad y para las compañías. Por eso, el sector logístico tendrá que buscar las máximas sinergias posibles para acercar los suministros y los puntos de expedición al cliente final, pero también adaptar procesos para proteger el medioambiente. En este sentido, la logística inversa cobrará más importancia que nunca.
En definitiva, un sector en constante evolución que se tiene que ir adaptando constantemente a los cambios que se producen para responder con éxito a las necesidades presentes y futuras.