LA IMPORTANCIA DE TENER UN EQUIPO LLENO DE PERSONAS ÚNICAS

PERSONAS
He comprendido que la madurez personal y profesional solo es posible cuando en este camino lleno mi vida de experiencias y aprendizajes.

Personas MSM

Esta última etapa de 2020, rodeado de mi familia, especialmente de mi mujer y mis hijos, nos ha permitido convivir en casa intensamente y descubrir y saborear momentos que antes me perdía al no estar físicamente en casa. Comer juntos a diario, hacer gimnasia en el salón o volver a los juegos de mesa eran placeres abandonados al no practicar el teletrabajo. Por un lado, experiencias positivas al pasar más tiempo en familia, por otro ha resultado pesado al tener la sensación de que determinadas circunstancias me robaban libertad aunque, sinceramente, cuándo en la vida no ha sido así para cualquier ser humano.

Quizás el secreto de mi fuente de energía y de mi habitual buen humor está en que me gusta buscar lo positivo de las situaciones, aunque en ocasiones sea necesario tirar de ironía para conseguirlo. Desenfocar y volver a enfocar es un viejo truco que aprendí en mi primer trabajo y suele garantizarme el saber ponderar para continuar de buen humor: a veces lo consigo practicando mindfulness, sin embargo la mayor parte de las ocasiones basta con compartir mantel y cerveza con mis hermanos o un buen compañero de trabajo

Actualmente, como todas las modas de la vida nos vuelve a los líderes el concepto de “mandar es servir” que veíamos tan bien desarrollado en la película de Invictus en el personaje de Mandela. Por mi parte, el servicio a los demás bien entendido forma parte de mi característica como líder de equipo ya que hace tiempo que comprendí que nada puedes conseguir más allá de lo que tu equipo consigue, mis goles son sus goles.

Personas MSMPor tanto, entre mis prioridades como líder del área de Talento y Experiencia de Empleado, además de las clásicas de enfocar el área a medio plazo, estructurar sus políticas y procesos, programar la actividad periódicamente y velar por la adecuada aplicación del presupuesto definido, mi labor más importante es compartir los retos profesionales a nivel individual y colectivo con mis colaboradores. Generar espacios donde todos podemos expresar nuestro criterio, debatir los conceptos y establecer el camino a seguir, forman parte de nuestro día a día. Un equipo que tiene un propósito y sentido compartido, que aúna el compromiso de sus integrantes, tiene gran parte del camino realizado. Quizás sea éste uno de los motivos que me han llevado a estar en el equipo de Personas & Organización de Mahou los diez últimos años de mi carrera profesional.

Creo firmemente en que los líderes deben ser ejemplares al ser los referentes en nuestra organización, si bien también me gusta recordar que Pedro negó a Jesús tres veces antes de cantar el gallo: somos seres humanos en toda nuestra extensión y por tanto el error forma parte de nuestro buen hacer. Importante: en mi opinión, ser inteligente y listo contempla no ser terco en el error. Aprender, corregir y volver a empezar con la misma ilusión, es decir, lo del mínimo producto viable que está tan de moda solo es posible con esta actitud. No creo en el perfeccionismo, pero sí en que la mejora continua es infinita sobretodo como líderes que somos de nuestras vidas.

En esta línea me gusta sentir que me mantengo competente y competitivo en este mercado global, por eso dedico bastante tiempo al aprendizaje y formación continua y, si es posible, en equipo. Por aprendizaje también entiendo leer un buen libro, últimamente he vuelto a una de mis pasiones de juventud que es el teatro español clásico lleno de amores, honores e intrigas entre personajes similares a cualquier casa de vecinos como en la que vivo. Pero también lo es compartir tiempo con clientes y socios, o compañeros, siempre escuchando más bien para estar ahí bien para captar ideas o experiencias que después puedan reenfocar nuestra actividad de Talento en Mahou San Miguel

Personas MSMQuizás lo que más me cuesta es mantenerme en buen estado físico. Excusas para no hacerlo tengo todas, sin embargo el haber abandonado el deporte en mi época de estudiante ha marcado claramente mi dificultad para mantener un ritmo constante: esta creencia hace que lleve a mis hijos a futbol, judo, piscina, esquí, baile,… Veo la bondad de la actividad física y el deporte para conseguir el equilibrio y bienestar que requerimos. La piscina un par de días por semana me ha ido salvando, si bien la situación actual me lleva únicamente a caminar a buen paso 6 kms dos o tres días por semana en las aceras de Madrid. Cuando camino y voy solo me gusta escuchar mi playlist donde se mezcla una juventud plagada de la noche madrileña y los últimos temazos latinos: la música siempre me ha ayudado a cargar las pilas, es un anclaje muy fuerte para tener un buen estado de ánimo.

No podía dejar fuera mis pasiones rojiblancas, no tanto por nuestros triunfos que los tenemos, sino por la ilusión de nuestras gradas a una sola voz entonando nuestro himno: “porque luchan como hermanos, defendiendo sus colores, en un juego noble y sano, derrochando coraje y corazón”. Estas cuatro frases muestran cómo veo mi vida profesional, quizás no sea así ya que el mapa no es el territorio, pero para mí no hay mucho más. Cultura y experiencia de jugar para ganar, y saber ganar y perder con talante de campeón.

La vida de hoy, como la de tiempos pasados, me lleva a la controversia de las dos caras de la moneda: supervivencia e ilusión. El sello de la supervivencia lo aprendí de mis padres, extremeños de buen cuño que sacaron adelante a sus cinco hijos a solas en Madrid. La ilusión y la felicidad vienen de dentro, de saber disfrutar y compartir todo lo que la vida me ha dado, de hacer un camino común forjando mi familia con mi mujer Marta, y sabiendo que en las conversaciones personales con compañeros y amigos hay siempre más de realidad que en cualquier otro aspecto profesional al uso.